A poco más de 300mil kms. de distancia una esfera plateada acompaña a la Tierra, la Luna, quizás desde hace 4.500 millones de años, representa un navío de luz que transporta el alma, asociado a la noche, a los sueños, al mundo de lo inconsciente y misterioso.
Los griegos la llamaban Selene, “la diosa de plata”, hermana y esposa de Helios el Sol.
Los romanos le dieron el nombre de Lunae y la asociaron a lo femenino, compañera y amante de Apolo.
Desde la remota antigüedad, antes de la historia escrita, el hombre observó su paso por el cielo, su crecimiento y mengua, su plenitud y ocultamiento, sus fases a lo largo de los 28 días que dura su ciclo.
Se dieron cuenta que su transitar tenia que ver con el crecimiento de las plantas, las mareas, el tiempo de gestación de muchas especies incluyendo la humana y la convirtieron en una entidad mística que otorgaba fertilidad y buenas cosechas pero que también desbordaba ríos e inundaba los campos cultivados.
Es indudable que la Luna influye de manera permanente en nuestro acontecer, los océanos suben y bajan a su compás por el efecto gravitatorio similar a una danza en el espacio y permite a nuestro planeta mantener la inclinación de 23 grados sobre su eje, de donde vienen las estaciones, También nos brinda espectaculares eclipses que aprovechan los científicos para recabar datos importantísimos sobre las fuerzas electromagnéticas que inciden sobre nuestro planeta y el estado de nuestra atmósfera.
En la Astrología la Luna es una de las luminarias, elemento de primordial importancia para conocer cómo cada uno de nosotros maneja sus emociones, cómo nos relacionamos con nuestra madre y, por consiguiente, con lo femenino dentro y fuera de nosotros.
La influencia lunar se puede utilizar de manera práctica en los asuntos de nuestra vida diaria, aprovechando sus ciclos y el signo zodiacal por donde está transitando.
El poder de la Luna es innegable en los seres humanos. Por ejemplo, no sólo es responsable de los cambios de mareas en el océano, sino también de los cambios de humor en las personas. Sí, así como lo leíste. La influencia lunar puede afectar nuestro comportamiento, emociones y estado de ánimo, así que si eres una persona que se enfada fácilmente o que a veces siente que tiene un humor cambiante, es posible que la Luna tenga algo que ver con ello y esto es especialmente cierto si tienes problemas para dormir durante la fase de luna llena.
LA DANZA LUNAR Y SUS EFECTOS EN EL SER HUMANO
Luna Nueva: Un lienzo en blanco
En la oscuridad de la luna nueva, comienza un nuevo ciclo, un momento de introspección y renovación. Algunos experimentan una sensación de calma y paz interior, ideal para la introspección, la meditación o la planificación de nuevos proyectos.
Luna Creciente: Sembrando la energía
Con la luna creciente, la energía se intensifica. Es un buen momento para iniciar proyectos, tomar decisiones importantes o realizar actividades que requieren vitalidad y entusiasmo. La intuición también se encuentra en su apogeo.
Luna Llena: Plenitud y emociones a flor de piel
La luna llena nos baña con su luz plateada, llenándonos de energía y emociones intensas. Es un momento de culminación, tanto en lo personal como en lo profesional. Sin embargo, las emociones pueden ser más fuertes de lo usual, tanto las positivas como las negativas. Si eres alguien que trabaja en el campo artístico, puede que notes que eres especialmente creativo durante la fase de Luna llena.
Luna Menguante: Recolección y liberación
A medida que la luna mengua, la energía comienza a disminuir. Es un buen momento para reflexionar sobre nuestras experiencias, concluir proyectos pendientes y prepararnos para el nuevo ciclo que se avecina. Es un tiempo ideal para la introspección y la liberación de aquello que ya no nos sirve.
¿Realidad o mito?
Si bien la ciencia no ha logrado confirmar completamente la influencia lunar en el comportamiento humano, muchas personas alrededor del mundo reportan cambios en sus emociones y acciones durante las diferentes fases lunares.
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Otra teoría interesante es que la Luna influye en el ciclo menstrual de la mujer. Esto se debe a que los ciclos lunares y menstruales tienen una duración similar (alrededor de 28 días).
La luna ha fascinado a la humanidad desde tiempos inmemoriales, y su conexión con nuestro ser sigue siendo un misterio que invita a la exploración y la reflexión.
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