La Espiritualidad indígena y su importancia
La espiritualidad indígena de la Amazonía es rica y profunda y los espíritus de la selva representan el papel más importante. El papa Francisco ha reconocido su sabiduría y conocimiento al hablar con los indígenas en Puerto Maldonado, Perú. En sus palabras, “Quienes no habitamos estas tierras necesitamos de vuestra sabiduría y conocimiento para poder adentrarnos, sin destruir, el tesoro que encierra esta región” (Éxodo 3:5). La conexión con la tierra y la naturaleza es fundamental para estas culturas, y sus creencias espirituales están arraigadas en la vida misma.
¿Dónde habitan los Espíritus de la Selva?
La Amazonía, es un territorio de más de siete millones de kilómetros cuadrados y una de las áreas de mayor biodiversidad en el mundo.
Estamos ante una extensa región por demás compleja, ya que su cuenca abarca ocho países distintos, con diferentes proporciones de territorio selvático: Brasil, Perú, Colombia, Venezuela, Guyana, Ecuador, Surinam y la Guayana Francesa con 1,1%.
En este enorme pulmón vegetal habitan más de 40 millones de personas, entre ellas unos 410 grupos indígenas con diversas lenguas y culturas. Pero hay otros habitantes que viven bajo la sombra, que brindan los árboles que se elevan hacia lo alto, y se esconden en la cerrada vegetación que se extiende a lo largo de los ríos y cursos de agua que dan vida a esta tierra maravillosa, ellos son Los Espíritus de la Selva, seres misteriosos y ancestrales que habitan los exuberantes bosques y zonas selváticas de la Amazonía.
A lo largo de los siglos, los espíritus de la selva han sido parte integral de la cosmovisión de las comunidades indígenas que comparten su hogar con estos espíritus y poseen una profunda conexión con la naturaleza.
Conozcamos algunos de Los Espíritus de La Selva
El Baainu: Guardián de las Turberas
El Baainu es el protector de las turberas. La turba es material orgánico parcialmente descompuesto. Se acumula en capas en el suelo debido a la acumulación de plantas muertas y otros materiales orgánicos en un ambiente saturado de agua.
Su figura se asemeja a la de un humano, pero su piel está cubierta de musgo y hojas. Se dice que puede transformar a los humanos en otros baainu, integrándolos pacíficamente en su sociedad. Aunque no es venerado como sagrado, su relación con los habitantes de la selva es de colaboración y rivalidad. Los baainu comparten conocimientos sobre las turberas y ayudan a conservar estos frágiles ecosistemas.
Jiiri Kurii: Mensajero del Creador
El Jiiri Kurii es un espíritu intrigante. Creador de especies de caza y agricultura, engaña a los humanos pero también les otorga conocimientos útiles. ¿Cómo construir una canoa? ¿Qué plantas medicinales usar? El Jiiri Kurii es el mensajero del creador, y su relación con los habitantes de la selva es similar a la de un sabio travieso. A veces, sus bromas pueden tener consecuencias inesperadas.
Nünajiaeene: Espíritu de los Bosques
El Nünajiaeene es el espíritu maligno de los bosques. Su territorio es sagrado, y cualquier transgresión humana provoca su ira. Puede traer enfermedades y responder agresivamente a quienes amenazan su hábitat. Los nünajiaeene son guardianes celosos, y su relación con los humanos es de agresión y depredación. Sin embargo, también enseñan lecciones importantes sobre el respeto por la naturaleza.
Ruasara: Monstruo Cazador del Bosque Inundado
El Ruasara es un monstruo temible que acecha los bosques inundados. Su apariencia es aterradora: garras afiladas, ojos brillantes y piel escamosa. Los habitantes de la selva cuentan historias sobre encuentros con el ruasara, y cada relato es más escalofriante que el anterior. Aunque su relación con los humanos es de agresión y depredación, también simboliza la fuerza y la resistencia necesarias para sobrevivir en la selva.
La Importancia Cultural y Espiritual
Los Espíritus de La Selva, con sus personalidades variadas, forman parte esencial de la vida en la Amazonía. A diferencia de otras culturas indígenas, no son adorados como deidades, sino respetados como compañeros de viaje en este vasto y misterioso bosque. Su presencia nos recuerda que la naturaleza es sagrada y merece nuestra protección.
Así, en los rincones más profundos de la selva, los *espíritus de los humedales* siguen tejiendo su historia junto a la de los seres humanos. Sus leyendas, sus enseñanzas y su misterio perduran, como hojas que caen suavemente al suelo, nutriendo la tierra y conectando el pasado con el presente.
Los Yanomami y “El Espíritu de la Floresta”
En la Amazonía brasileña y venezolana, habita el pueblo indígena Yanomami. Estos espíritus de la selva son guardianes, al igual que otros habitantes de la floresta, enfrentan desafíos constantes debido a la explotación de minerales como el oro y la deforestación para la ganadería y la agricultura. Uno de los líderes destacados de los Yanomami es Davi Kopenawa, quien ha dedicado su vida a la defensa de su territorio y su cultura.
En la década de los 70, el antropólogo francés Bruce Albert llegó a la región y se encontró con Kopenawa. A pesar de las diferencias iniciales, establecieron una amistad y colaboración amorosa en la lucha por la selva. Juntos, crearon el libro “El Espíritu de la Floresta”, un ensayo antropológico y testimonial que revela la floresta como un organismo vivo.
Para los Yanomami, no hay un afuera; todo está interconectado: seres humanos, animales, vegetales, rios y los espíritus de la selva, que los protegen están unidos desde siempre y se necesitan los unos a los otros para seguir existiendo. La defensa de su territorio es crucial, pues es la floresta la que les permite moverse y vivir.
Pueblo Yekuana o Makiritare.
Los integrantes de esta etnia viven a ambos lados de la frontera entre Venezuela y Brasil y comparten la creencia en los espíritus de la naturaleza que los acompañan y guían cuando se adentran en la selva para cazar y buscar alimento. Los espíritus exigen respeto hacia todos los seres vivos, aun el acto de matar un animal para alimentarse debe ser hecho con su permiso para no atraer su venganza.
Los yecuana creen en Wannadi, el hijo del sol, dios de la luz y la vida. Es el creador del todo y está representado por el avatar del pájaro carpintero real. Sentado con su maraca mágica y fumando su tabaco, soñó con nuestro mundo. Cuando lo soñó, se hizo realidad. Después de crear el mundo, también soñó con tener una madre aquí en la tierra, y esta madre existió y lo dio a luz. De esa placenta, que se dejó sin cuidado en la tierra, de la podredumbre y los gusanos, nació Odosha, el señor de toda la oscuridad.
Odosha es una deidad o espíritu maligno, dueño del bosque, las llanuras, del viento, demonio de la montaña y señor del ensueño. Odosha se caracteriza por usar un silbido de advertencia, tras lo cual ataca a quienes salen por la noche e ignoran su silbido, al clavarles una espina en la lengua. Esta deidad tiene a su cargo a unos demonios llamados suamo, dueños de animales salvajes que comen personas. Viven en las cimas de los tepuyes guayaneses.
Como te habrás dado cuenta, para los pueblos amazónicos los espíritus de la selva forman parte esencial de su cultura y creen que son ellos quienes les han enseñado conocimientos profundos sobre la naturaleza y la vida en la selva, a través de rituales y ceremonias buscan agradarlos y ganar su protección aún en este siglo xxi cuando son otros hombres los que arrasan sus tierras y amenazan la tranquilidad de estas comunidades ancestrales arraigadas desde tiempos inmemoriales a ese océano de verdor y vida que es el Amazonas.
–
Te puede interesar:
Haz Click «AQUÍ»
Síguenos en X (Twitter) para estar al tanto de nuevas publicaciones.
https://twitter.com/sincronimia/media